Es muy habitual que, como consecuencia de los cambios hormonales durante el embarazo, aparezcan granitos en la frente o se manchen las mejillas y el cuello.
Los primeros tres meses se caracterizan por el cansancio y el estado de somnolencia. Poco a poco también será posible notar que los pezones se vuelven más oscuros y que en el centro de la barriga se va dibujando un fina línea. Esto ocurre por una mayor concentración de melanina.
Todo esto es transitorio, y una vez que el embarazo termina, estos síntomas desaparecen. Algunas mujeres sienten irritación en su vientre y en sus pezones y esto se debe a que principalmente la piel se está estirando.
La mujer embarazada atraviesa por muchos cambios en su cuerpo y en especial en su piel, durante el periodo de gestación y de postparto. La piel que cubre el abdomen y las mamas se extiende durante los 9 meses, volviendo a su estado original pasado el embarazo. Este estiramiento y luego, su retraimiento, provoca la aparición de marcas en formas de cicatrices, conocidas como estrías. Con la correcta y temprana aplicación de vitaminas A y E directamente en la piel estas marcas pueden prevenirse.
¿Qué son las estrías?
Las estrías son lesiones de la piel, que inicialmente se presentan como violáceas y ligeramente sobreelevadas e inflamadas; luego pasan a un color anacarado o blanco adquiriendo el aspecto de arrugas.
Estas cicatrices, que suelen a parecer en la barriga, glúteos, caderas, piernas y parte posterior de los brazos, se producen por el rompimiento de las fibras elásticas, debido al estiramiento de las mismas.
En un primer momento, cuando aún tienen el color rojizo, significa que aún tienen riego sanguíneo y que estamos a tiempo de tratarlas y revertirlas. Una vez adquieren color blanco es muy difícil de quitarlas.
Cómo prevenir las estrías
La mejor forma de prevenirlas es garantizando la elasticidad de la piel. Una correcta hidratación es fundamental. Para esto es conveniente beber dos litros de agua al día y aplicar cremas con vitaminas A y E y alantoína, o cremas de silicio orgánico, todos los días junto a un masaje para reactivar la circulación.
La alimentación también juega un papel fundamental. Es muy importante el consumo de alimentos ricos en vitaminas A, C y E. Las nueces y las semillas son ricas en estas vitamina A. Los cítricos y las fresas ricos en vitamina C y la vitamina E está presente en el salmón, la zanahoria y la calabaza.
Algunos consejos:
Escucha tu cuerpo: es muy común experimentar cansancio y sueño en distintos momentos del embarazo, y que tu cuerpo te pida descansar. Es importante en la medida de lo posible descansar cuando tengas ganas.
Realiza actividad física: hacer ejercicio moderado es muy importante para la salud de la madre y del bebé. Además ayuda a conciliar el sueño y descansar mejor. Pregunta cuáles son los ejercicios que se recomiendan dependiendo de la etapa del embarazo en el que te encuentres.
Mantén una alimentación sana y equilibrada: es muy importante que en la dieta incluyas carnes, frutas y verduras variadas y no descuides tu peso.
Prepara tu piel para el desafío que se avecina: la piel va a estirarse mucho en ese periodo y puede producir estrías. Aplica cremas y emulsiones como hemos dicho al principio del artículo, en las zonas más propensas como el abdomen, las mamas, los muslos, las caderas y la zona lumbar. Se recomienda hacerlo después de tomar el baño, ya que los poros están abiertos y absorben mejor los nutrientes de la crema, con movimientos circulares ascendentes que favorecen la circulación.
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